LA
ESCUELA DE MANUALIDADES
Hace tiempo, en un colegio de manualidades, los maestros
anunciaron a todos que se iba a hacer un concurso de construir alguna
figura, monumento... que fuese de papel, y que la clase que ganase
conseguiría un viaje a la Ciudad de las manualidades. Entonces, los
chicos y chicas de la escuela, al escuchar lo que pasaría si
ganaban, se pusieron a trabajar esforzándose muchísimo. Primero,
dibujaron en una libreta con lápices, el plano de la figura que
harían para no liarse. Segundo, cogieron las grandes tijeras y entre
trozos y trozos de papel, hicieron la forma del Big Ben. Después,
con los colores, colorearon todo la figura utilizando los pinceles y
les quedó tan bien que parecía una réplica. Todos los alumnos se
alegraron tanto que casi iban a explotar. Más tarde, la clase llamó
a los profesores para que fuesen a ver el fantástico trabajo que
habían realizado del Big Ben y les gustó tanto que no hicieron por
ver las demás manualidades ya que decían que ninguna podría
superarla. El director apuntó en la pizarra que la manualidad
ganadora era el Big Ben y que la clase había sido premiada con el
viaje a la Ciudad de las manualidadades en la que se divertirían
mucho. De repente tocó el timbre porque ya era la hora la salida y
todos fueron hacia el comedor, donde no dejaron de comentar la buena
noticia. A partir de ese día se empezó a organizar el viaje. Se
realizaría a final de curso. ¡Era todo tan emocionante!
Los
chicos tenían mucha curiosidad por saber dónde estaba esa ciudad de
las manualidades pero los
profesores
querían que fuera una sorpresa, así que no dijeron nada.
¡Por
fin llegó el final del curso! Y con ello el deseado viaje.
Efectivamente, fue una sorpresa divertidísima. ¿Os imaginais dónde
estaba esa ciudad? Yo tampoco.
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